viernes, 10 de diciembre de 2010

Grita pequeña, ¡grita bien alto!

Quizás era un grito de atención, quizás solo queria que alguien la escuchara, al fin.
Solo queria que las cosas volvieran a ser como antes, o quizás solo queria que llegara su fin, de una vez por todas, para dejar de sufrir y volver a ser libre.
Quien diria que aquella pequeña nimfa, de cabellos de oro y mejillas sonrojadas estaria tan gris, tan muerta, sin vida ninguna, ni ganas de ser.
Oh madre, si la escuchas, llevatela. La verdad es que nadie sabe como ni por qué falleció su alma. Pero su cuerpo continua velando entre nosotros.
Infeliz chiquilla, grita más fuerte, para que te oigan, por fin, los que te deben escuchar.

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